Imagen: fotohomka.ru Italo Calvino Una tarde, Adán El nuevo jardinero era un muchacho de cabello largo, con una cinta de tela alrededor de la cabeza, para sujetárselo. Ahora venía por uno de los senderos del jardín, con la regadera llena, levantando el brazo libre para balancear la carga. Regaba los berros lentamente, como si estuviera sirviendo café con leche. La tierra, al pie de las plantitas, se dilataba formando una mancha oscura; cuando ésta era grande y blanda, alzaba la regadera y pasaba a otra planta. La jardinería debía ser un oficio hermoso, porque se puede hacer todo con mucha calma. Maríanunciación lo estaba mirando a través de la ventana de la cocina. Era un muchacho ya muy alto, pero llevaba aún pantalones cortos. Con ese cabello tan largo parecía una muchacha. Dejó de enjuagar los platos y lo llamó, tocando en la ventana. —¡Muchacho! El joven jardinero alzó la cabeza y vio a Marianunciación, sonriendo. También ella se puso a reír, como respu...
( Sembrando Palabras )